Cuando estudié medicina hace algunos ayeres no se hablaba de la fascia, en ese entonces solo conocíamos una capa que recubría a los músculos y nuestra literatura la llamaba aponeurosis. Aun recuerdo nuestros días en el anfiteatro separando la aponeurosis de los músculos de nuestros queridos cadáveres.

Cortar la fascia se sentía como un tejido duro, como una capa superficial de una cebolla, de esas capas delgadas, pero duras, secas y difíciles de cortar. Y pensandolo bien, la aponeurosis de los músculos se sentía exactamente así, como intentar cortar esas capas superficiales duras de una cebolla con un cuchillo sin filo. 

Lo único que sabíamos de ese tejido es que cubría a los músculos y a algunos órganos, pero no se le daba una consideración especial a este hermoso órgano. 

Me tomo muchos años y mucho estudio externo a la medicina centralizada, comprender este tejido y encontrar una técnica para trabajarlo. 

Gracias a los avances en la ciencia, hoy sabemos que la fascia es mucho más de lo que podíamos ver en los cadáveres preservados en formol.

Resulta que esta fascia es un tejido que sólo puede verse en un organismo vivo (y con técnicas especiales), es por esto que antes no sabíamos nada de él y lo único que podíamos apreciar era una capa dura y poco movible, pero nada dista más de la realidad de una fascia en un organismo vivo, ya que la fascia en si nos da vida. 

Ahora sabemos que la fascia no sólo es una capa que rodea al músculo, sino que en realidad recubre y conecta todos nuestros órganos, músculos y nervios, manteniendo todo en su lugar y espacio. Sin la fascia no seriamos lo que somos, no habría forma de mantener nada en su lugar y basicamente no podríamos vivir. (suena muy dramático, pero si). 

La fascia es un tejido visco-elástico ininterrumpido que forma una matriz de colágeno funcional de tres dimensiones (3D). La fascia se pueden considerar como un sistema, compuesto por tejido conectivo que envuelve, conecta y comunica el cuerpo, demostrando en los últimos años ser un tejido activo y resistente que se encuentra presente en todo el cuerpo y que tiene gran trascendencia en el metabolismo corporal. Además de lo anterior, cumple la importante función en cuanto al movimiento, de organización y separación de los músculos, asegurando su protección y autonomía. La fascia rodea y penetra en todas las estructuras del cuerpo y se extiende desde la cabeza a los pies. 

Curiosamente la fascia tiene un papel en cada aspecto de la salud y organización de nuestro cuerpo. Entre sus múltiples funciones están:

• Las de sostén, función nutricia, transporte, absorción de la fricción entre otros elementos, conservación del calor corporal.
• Neutralizador de toxinas endógenas.
• Efecto colágeno cicatrizal.
• Función hística, es decir, intercambios celulares de otros tejidos con la sangre y la linfa.
• Actividad de defensa a través de los fagocitos.

La fascia es prácticamente inseparable de todas las estructuras en el cuerpo y actúa para crear una continuidad entre los tejidos para mejorar la función y el apoyo.

Como podrás haber notado ya, la fascia es indispensable si queremos tener un cuerpo sano y la salud de nuestra piel no se queda atrás, la fascia en el rostro se conoce como SMAS y de igual manera cumple con todas las funciones que estamos platicando aqui, por eso trabajar con ella era la pieza que faltaba al rompecabezas del envejecimiento y la salud de la piel. 

Los componentes principales de la fascia son un 90% colágeno, elastina y ácido hialurónico. Al mantenerla hidratada a través del movimiento y activación linfática, podemos conseguir pasar de tener una fascia plástica (rígida) a una fascia elástica. Ese es el objetivo.

¿Cómo se traduce en tu cuerpo el trabajo de reestructuración de la fascia?

1. Un rostro rejuvenecido 
2. Aumento en los niveles de hidratación 
3. Mejor flujo y movimiento de tejidos
4. Disminución de arrugas 

Y ahora puedes encontrar las series de ejercicios de restructuración de fascia en nuestro programa Face Reset.